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Dormir es un placer, de eso no cabe lugar a dudas. Sin embargo, ya sea por capricho o por necesidad en muchas ocasiones no hacemos las horas de sueño que nuestro cuerpo necesita para garantizar nuestro bienestar.
Dependiendo de la edad de la persona, las necesidades en los patrones de sueño pueden variar, por ello, hoy vamos a hacer un pequeño resumen al respecto.
Dejando claro que, evidentemente cada persona tiene unas necesidades y unas circunstancias, diferentes estudios han revelado que nuestro cuerpo necesita de unos valores determinados en horas de sueño por edad del individuo. Para empezar, muchos hombres y mujeres desconocen cuánto debe dormir un adulto, cuando las horas de sueño son imprescindibles para el correcto rendimiento laboral y para disfrutar de una vida saludable.
Se estima que las horas de sueño necesarias en una persona adulta son de entre 7 y 9, variando el intervalo en una hora menos para los mayores de 65, en los que la edad suele acarrear posibles trastornos a la hora de dormir. Las horas de sueño recomendadas, sin embargo, para los niños en plena etapa adolescente se encuentran en el rango de entre de entre ocho horas y media a nueve horas y media.
Los más pequeños de la casa, por su parte, deben descansar mucho y bien. Es por ello que, las horas de sueño recomendadas en niños quedarían establecidas de la siguiente manera:
– Recién nacidos (0 a 3 meses): hasta 17 horas los más dormilones. Aunque hay bebés con menos necesidades de sueño para los que dormir entre 11 y 13 horas será suficiente para garantizar la calidad del mismo.
– Bebés de 4 a 11 meses: lo mismo, mientras se encuentre sano y de buen humor si duerme entre 11 y 13 horas será completamente suficiente. Aunque las pautas de sueño adecuados para esta edad serían de entre 12 y 15 horas.
– Cuando el niño supera el primer año de vida y hasta el segundo, se aconseja que no duerman menos de 9 horas pero que tampoco lo hagan más de 16 horas al día.
– De 2 a 5 años las necesidades varían, los niños son más activos y las necesidades de sueño suelen disminuir, incluso hay algunos que no necesitan de siesta. De 10 a 13 horas.
Por su parte los niños en edad escolar no deben dormir nunca menos de 9 horas, ya que esta circunstancia puede influir en el rendimiento académico del niño y mostrarse alicaído y sin ganas de llevar a cabo ninguna actividad.
A tener en cuenta sobre todo en los más pequeños de la casa para que éstos consigan conciliar mejor el sueño, son el no tener cerca objetos que permitan su distracción, cuanto menos tablets o aparatos electrónicos que los estimulen de más.
Los televisores también fuera del cuarto, tanto para los niños pequeños como para los adolescentes o personas en edad adulta, ya que el “un poquito más”, suele convertirse en horas intempestivas que nos traen como consecuencia una enorme pereza a la mañana siguiente.
